Villa Tulumba, un pueblo que canta su historia

“Cuenta la leyenda que Carlos Di Fulvio estaba en Tulumba con amigos próximo a comer un rico cabrito cuando apareció una señora de aproximadamente 70 años, a caballo. Desmontó en el guardapatio y preguntó a qué hora empezaba el baile, a lo que Di Fulvio contestó: “cuando usted quiera”, pensando que se trataba de una broma.

De ahí en más no paró de bailar, distinguiéndose por su donaire y sus elegantes zarandeos con su fina bata de percal. No le dio tregua a su compañero de baile, que se considera que ese día aprendió, y le decía continuamente a Di Fulvio: ¡Muy lindo el gatito niño!!! Sin saber si era gato o zamba. Al otro día, después de una larga noche, tomando unos mates con su anfitrión, Di Fulvio se enteró como se llamaba la bailarina y detalles de su vida. Y recordándola tal cual lo ocurrido en el monte compuso la chacarera Campo Afuera dedicada a la bailarina”

Fotos Paul Amiune

Doña Dominga –tal era su nombre- era habitante de Tulumba, que hace unos días fue declarado uno de los pueblos más hermosos del mundo, por la Organización Mundial del Turismo, con el premio Best Tourism Villages 2024, que también se llevaron Coviahue-Copahue, Gaiman y Trevelin

Pero ya Tulumba tenía otros reconocimientos locales:Se lo declaró Pueblo Auténtico el 3 de noviembre del año 2017 y posteriormente se lo reconoció como Poblado Histórico Nacional el día 6 de junio del año 2022. Es que sus 400 años de historia aún permanecen con una intención bien clara de cuidar su patrimonio, no solo por parte del gobierno local, sino también de sus vecinos

Ubicada A 150 kilómetros de al norte de la ciudad de Córdoba, -se accede por la RP16- allí la historia se detuvo en un tiempo de calles empedradas, grandes faroles en las esquinas y casitas bajas con techos de tejas y paredes de adobe y barro. La iglesia, monumental, pintada de rosa y blanco al estilo colonial, es el edificio más alto de la zona central, y está rodeada de las paredes de la construcción original capilla que daba cobijo en el siglo XVII sobre el camino real.

Por la puerta de la iglesia pasaba esta red carretera que llegaba hasta el Alto Perú y que aún persiste en  lugares donde se ha revalorizado.en épocas de Virreynato allí transitó la historia: caudillos, tropillas, bueyes, próceres y virreyes recorrieron los largos kilómetros y las postas a través de éste. Algunas quedan y algunos pueblos, como éste rinden homenaje a esa historia pasada, como también a una más cercana porque Tulumba es cuna de artistas  emblemáticos de nuestro folklore, como Suna Rocha, y otros le han cantado bien fuerte, como el mencionado Carlos Di Fulvio

Una historia de 4 siglos

El pueblo se fundó como parte de la Merced Chipitin, del año 1585, y fue habitado por mestizos, criollos y originarios a fines del siglo XVIII. Rafael Núñezmarqués de Sobremonte, por entonces gobernador Intendente de Córdoba, solicitó que la población fuera elevada a la categoría de villa real, el 3 de octubre de 1803 y el rey Carlos IV le otorgó por real cédula el título de Villa del Valle de Tulumba.

Fray Mamerto Esquiú puso la piedra fundamental de la iglesia Nuestra Señora del Rosario porque en su interior se venera la antigua imagen, llegada a Córdoba en 1592, y es la patrona del pueblo. El edificio  mantiene el estilo cusqueño en su interior, con un cristo articulado traído desde esa región, que data del siglo VXII, al igual que las ruinas que se mantienen al costado del actual edificio.

Caminar Tulumba

En una de las casonas del centro del pueblo, en diagonal con el arroyo, donde están las emblemáticas cinco esquinas, y frente a un hotel reformado que es uno de los más antiguos del lugar, hay una placa que homenajea a Carlos Di Fulvio, y Ariel Ramírez, por ser embajadores musicales de la Argentina alrededor del mundo.  

A la vuelta de la esquina, la casona de Lorenza Reynafé, hermana de los asesinos del caudillo Quiroga, mantiene su patio y la galería principal –donde pasó buena parte de la historia- de una de las familias más influyentes de la zona. También quedan varios bodegones históricos donde se cocina rica y abundante comida tradicional.

A pocos metros de allí pasa el Arroyo Suncho lento, verdeando las orillas, mientras desde el vado se ve el atardecer y las casas  que dan al campo afuera. Un jinete vestido con atuendos típicos, como se viste cada día de su vida, recorre las calles y detiene su caballo en la proveeduría frente a la iglesia y la plaza Granadero José Márquez, que rinde homenaje a quien participó en la batalla de San Lorenzo y era originario del departamento de Tulumba.

Cómo llegar :Villa Tulumba se encuentra a 150 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Desde allí, en colectivo, se puede ir con Fonobus. En auto, habrá que tomar la RN 9 o elegir la ruta 60, desviando luego por la ruta 16 en Deán Funes o en San José de la Dormida.

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