En su nuevo disco, Raly Barrionuevo compartió algunas de sus canciones menos conocidas con mujeres vocalistas, instrumentistas y una artista plástica.
Raly Barrionuevo volvió a sorprender con un disco en donde sumó sólo voces femeninas para que canten sus canciones, o interpreten la música. En Mujeres Caminantes –tal es el nombre de este nuevo trabajo que ya está disponible en todas las plataformas)-, la presencia del santiagueño estuvo en la interpretación de diversos instrumentos: piano, guitarra, requinto, bombo, contrabajo, Merlin Dulcemer (un instrumento atípico en el folklore), guitarra eléctrica, órgano y coros. En algunas ocasiones acompaña a la intérprete en algunas estrofas, sin quitarle el protagonismo, porque, acaso es por allí, donde quiere ir este disco
A cuatro años de la edición de “1972”, su último disco de estudio Raly plasma seis años de trabajo, en el que se tomó el tiempo de descifrar un cronograma de sus clásicos con voces que aportarían a cada versión un aire distinto y particular. Por otro lado, cada single se comparte con una ilustración de la artista plástica y bailarina llamada La Levina quien define con cada obra el sentido de esas letras y sus historias intrínsecas
Hay que tomarse un buen tiempo para disfrutar de este disco de Raly Barrionuevo, y no solo es por la cantidad de tracks que incluye. Es, además por la fuerza que ha cobrado cada una de las canciones -algunas tienen más de 30 años-, como si el tiempo no hubiera pasado para algunas, o como si hubiesen sido compuestas ayer.
A esta altura de su carrera, Raly se ha dado muchos gustos, pero en este disco se ha tomado el trabajo de alternar entre lo que cada una de las voces femeninas significaba, para que cada canción tenga un sentido, el actual o la añoranza, la historia o el presente de nuevos sentimientos. En esta línea, el dúo de pianos en la versión instrumental de “Circo Criollo” con Marina Ábalos (hija de Adolfo, uno d elos Hermanos Ábalos) a la usanza del quinteto santiagueño, es un clarísimo ejemplo, mientras que la versión de “Mariana” con la sensualísima y personal voz de Rocío Taboas es otro de los puntos altos de un disco que no tiene desperdicio.
Demás está decir que entre voces no tan difundidas pero no menos talentosas, hay perlitas como la de la cordobesa Eugenia Quevedo, quien últimamente se da el permiso de salir del cuarteto para cantar folklore y aquí mantiene esa frescura de sus inicios como cantante en el clásico del Chango Rodríguez “De mi Madre”
En Mujeres Caminantes no hay solo voces de mujeres, también hay instrumentistas como la vientista Pamela Swelbin en una versión celta de “Y volvió a aparecer”. En este tema, participa con gaita irlandesa y flauta, mientras Raly interpreta el bombo legüero, teclados, guitarras de 6 y 12 cuerdas, merlin dulcimer, contrabajo y cajas vidaleras. Por su parte, la salteña Micaela Chauque participa en vientos con “Niña Fuego de la América Sangrada”
El disco también incluye artistas internacionales, como la española Amparo Sánchez (Niña Luna) Eleanor Kaufman, en una versión bilingüe de “Llora en Mi” (Cry on me) y la brasilera Thamires Tannous, en “Eva Luna”.
Pao De Senzi
