Una pregunta a José López, músico de Córdoba cuya trayectoria lo sitúa entre los más destacados y prolíficos de su generación, dispara una certeza: ¡tengo un montón de proyectos para este año!
Guitarrista, cantautor, arreglador, productor y director de orquesta, López fue integrante de varias agrupaciones antes de unirse a colegas para formar Enroque, una banda de culto con la que editaron 3 discos. Poco antes de la pandemia, sus integrantes decidieron continuar como solistas, y en el caso de López, se dedicó a varios proyectos que ya venía craneando o aplicando en sus experiencias colectivas. Recibido en la Universidad de Córdoba como Licenciado en Composición Musical, este fue uno de los caminos que tomó, aunque también sumó su lado de cantautor, editando su primer disco solista, un trabajo de alto nivel poético y musical llamado “Brotes” contrasta con el otro proyecto: La Otra Orquesta, once músicos con los que comparte” Música nueva de raíces viejas” compuesta por ellos mismos arregladas especialmente para formación orquestal.
“De los proyectos que tengo -mis canciones, mi vida como cantautor y guitarrista, arreglos, producciones para otra gente, participando en otros discos, escribo música sinfónica y coral para elencos o solistas que me encargan, y también tengo La Otra Orquesta- yo creo que no son ideas diferentes y que todos esos pequeños mundos están muy relacionados y se retroalimentan constantemente. Por suerte encontré esta manera de trabajar donde todas las cosas que más me gustan las puedo ir realizando y hacerlas dialogar. Entonces, todas estas mini profesiones se condensan en una sola, que es un José López compositor, arreglador e intérprete”, Afirma el músico desde su lugar en Anisacate, en las Sierras de Córdoba donde vive desde hace algunos años. Conversamos con José sobre su carrera, sus proyectos, la música y los músicos de Córdoba, por ser –como representante de una generación de cantautores cordobeses- una voz autorizada en estos temas

Después de 15 años de Enroque, en los que la música fluyó hacia el lado de lo popular y lo académico, dedicaste más tu tiempo a lo orquestal. ¿Tenías decidido ya este giro y este camino, o se fue dando a medida que pasó el tiempo?
JL: –El mismo recorrido de Enroque, la cuestión orquestal o de ensambles grandes, instrumentos relacionados con el mundo del concierto o académico ya estaba desde el primer disco de la banda, ya había algunos elementos individuales, como el clarinete, como el violín. Hay una pequeña orquesta de cuerdas armada en “Paisajes y un poco más allá”, que tienen un concepto de una pequeña obra orquestal, de hecho están basados en una composición que era orquestal y que yo había transformado en canción para que cobren vida. En general esa música siempre estuvo en mi cabeza, también porque yo tengo un recorrido orquestal grande de estudio más allá de la facultad, digamos que sí, es mi formación.
También con mi trabajo como director de ensambles, haciendo arreglos o cuando era profesor de Collegium (Escuela de música de Córdoba), y por esta idea de que la música de raíz popular también necesitaba expandirse tímbricamente. Como muchos lo han hecho, yo no inventé nada, obviamente. Así que, no es que fue un giro respecto a Enroque, sino que fue un desarrollo. De hecho en el 2017 apareció “Enroque sinfónico”, y ese fue el inicio en mi tiempo y en mi apuesta para escribir para elencos grandes, porque en esa época también empecé a recibir encargos y necesidades de los directores y de los elencos de Córdoba y fue hermoso llegar a ese mundo en el que todo el tiempo estoy aprendiendo cómo funciona y sabiendo aprovechar la disponibilidad que hay en esta provincia, que merece una atención especial porque no son elencos que tengan una trayectoria y tradición de canciones populares, o de relación con la música de raíz popular. Si bien la hay, es algo que se está gestando todavía.
¿Cómo surge La Otra Orquesta? Hablamos de música popular académica, y de un seleccionado de músicos cordobeses increíbles. ¿Qué más?
JL: –El cómo surge La Otra Orquesta responde un poco la pregunta anterior. Primero con la posibilidad de plantear un proyecto de producción artística dentro de mi trabajo como docente en la universidad. Como docentes tenemos un compromiso de, además de estar frente del grupo de alumnos, tenemos que hacer producción e investigación. Yo venía haciendo investigación desde hace rato y todo el tiempo venía pensando cómo hacer para integrar el resto de mis actividades y mis intereses artísticos con mi vida docente. Esta idea de La Otra Orquesta de alguna manera integra mi tarea como docente, mi relación con los estudiantes y la Universidad, con los colegas, con los egresados, mis ganas de tocar, mis ganas de escribir, componer y arreglar y al mismo tiempo de radicar este trabajo de producción artística en el marco de lo que es la universidad, en este caso el Ce.P.I.A. (Centro de Estudios en investigación y producción de la Facultad de Artes). Entonces La Otra Orquesta de alguna manera resume todo eso y está buenísimo porque me permite ofrecerle mucho tiempo y trabajo.
Esto que vos me decís, hablamos de música popular académica, bueno yo cada vez estoy menos de acuerdo con el tema de los motes, la verdad es que uno tiene que definir y los periodistas te preguntan y el resto de la gente también le interesa que vos puedas decir qué haces y que puedas rotular de alguna manera el género o el estilo, pero bueno, en general solemos decir “músicas de raíz popular”, porque la raíz está clara, y está claro de donde surgen estas vocaciones musicales.
Luego, la música como siempre es dinámica, va para cualquier lado, se mueve y no hace falta encasillarla en ningún lado. Obviamente tiene mucho de academia, está en el marco de la universidad como recién te contaba, las músicas están todas escritas, están trabajadas finísimamente, todas en partituras, con un trabajo de estudio, tiempo y revisión muy grande pero al mismo tiempo sacándole el jugo a la otra faceta que tenemos todos los que estamos ahí que es ese pasado de fogones, guitarreadas, etcétera. En cuanto a la selección, básicamente fue convocar a personas que habían trabajado conmigo en alguna instancia en su paso por la universidad. Hay personas que han sido ayudantes de cátedra, adscriptos alumnos, colegas del grupo de investigación, estudiantes míos y se me ocurrió hacerlo sobre todo por el nivel de relación y diálogo, combiné con gente que me conocía bien, para que si se metían supieran cómo soy yo. Después fue muy heterogéneo y orgánico de acuerdo a los instrumentos que iba a abordar cada uno. Después hacia una posibilidad de sonido sinfónico, los 11 que somos los que formamos la orquesta hicimos una convocatoria e invitamos personas que nos están permitiendo (estamos en ese proceso) agrandar la propuesta hacia una posibilidad de sonido sinfónico grande con más de 20 personas. Así lo proyectamos para este año.
Tu disco, Brotes, es un pequeño tesoro en la música de Córdoba y la música popular… ¿Podes contarme acerca de esas canciones tan simples con tanto contenido?
JL: –Es un disco que yo quiero mucho. Para mí significa esta cuestión de poder hacerme cargo de mis canciones con mi guitarra y con mi voz, en general creo que es un lugar al que los compositores o los creadores de canciones deberían llegar en algún momento y no necesariamente lo hacen todos. Yo siempre fui parte de agrupaciones: Enroque, La Mueca, Gualicho, etcétera, siempre toque la guitarra y canté pero no como en ese disco y en lo que estoy haciendo actualmente, que es llevar adelante el repertorio en donde yo soy el intérprete principal y pongo la cara de alguna manera. Este disco surge con una nueva camada de canciones post Enroque que algunas se fueron haciendo mientras la banda estaba sonando y que se han ido guardando y acumulando. Había canciones como “Segunda Infancia”, “Coplas de la Campanilla” y “Casa Juventud”, que son textos de Mariano Medina. Él me mandó un mail diciendo que imaginaba que yo le podía poner música a estos textos. Luego de varios años, la música de esas canciones salieron muy rápido y de forma contundente. Creo que ese fue el origen de esta idea de que yo podía armar un repertorio y salir a tocar solo. También tuvo que ver que el Alfredo Chinchu Guerra inauguró su estudio Liverpool en Anisacate donde vivo yo, y me dieron muchas ganas de volver a un estudio y grabar. Así fueron juntándose las canciones de Mariano Medina, con las canciones que yo ya tenía de antes también y con mis ganas de grabar y entrar a un estudio, tocar un instrumento y cantar
“La chacarera de la marcha” se tocó en el 2024 en la marcha de Córdoba y en el año anterior en Anisacate y por suerte es una chacarera que va llegando a diferentes sitios de resistencia y de memoria
Como músico de Córdoba que habita diferentes espacios y a la vez en todos los que respecta al “sonido cordobes”, tendrás una idea de ese sonido como “marca”. ¿Te parece que es así?
JL: –Yo creo que sí tenemos una tradición, una forma de fusionar que es bastante heterogénea porque Córdoba nunca pudo generar en el ámbito de la canción o de la raíz popular, o de la forma de cantar, una identidad demasiado fuerte porque tampoco se puede sostener económicamente este ámbito. Los que hacemos canciones o este tipo de música, sabemos que es imposible llenar un espacio o tocar para públicos masivos. Estamos en una provincia que escucha cuarteto y está buenísimo que así sea. Es el único género que mete 10, 15 mil personas. Los que estamos en esta otra senda creo que hemos ido abriendo un montón de puertas como las han abierto en los 80 los Postdata, Horacio Sosa, Pancho Albarello, Francisco Heredia, los Músicos del Centro, luego el Titi Rivarola y Horacio Burgos y todos los cancionistas que hay, que son un montón. No se si llegamos a tener un sonido que nos distinga pero estoy contento con la cantidad de proyectos que hay de gente que hace las cosas con muchas pilas, con profesionalismo y son de darlo todo, de llevar hasta el mejor lugar posible cada una de las ideas
Respecto a esto, hay también en esta historia musical cordobesa, mucho compromiso social. ¿Es posible apartarse de esto para los músicos de tu generación?
JL: –Compromiso social creo que hay mucho, pero creo que en la actualidad no es lo que más abunda en la música. Estamos en un momento medio extraño a nivel poético, no quiero generalizar porque no tengo escuchada toda la música y podría estar diciendo cosas que no son, pero se que hay cantores y cantoras que trabajan problemáticas sociales sobre todo colocándose en un lugar de resistencia y de lucha pero también hay mucha necesidad en la gente que hace canciones de auto-referenciarse, de hablar de uno mismo, de las cosas que siente. Creo que en la era digital, el encierro dentro de la habitación de cada uno y encima con la pandemia en el medio generó esto de estar con nosotros mismos y eso derivó en canciones que hablan de eso, y de esa manera también esto le quitó un poco a la canción del llamado compromiso social o la canción que denuncia o que resiste, igualmente somos tantos y hay de todo y por eso me pone muy contento esto que te digo de algunas canciones actuales, no es ni malo ni bueno es la representación o por donde va fluyendo la necesidad creativa de compositores y compositoras.

Y ¿cómo ves a los músicos de la generación que viene después de la tuya en cuanto a composición y contenido? ¿Alguno que se destaque?
JL: –Primero, esta pregunta me hace sentir viejo… bueno en general cuando uno es +40 empieza a ver una mitad de algunos colegas que ya están por la mitad, uno se empieza a preguntar cosas. La verdad es que siento que me falta mucha música por conocer. Hay tanto dando vueltas que eso en lugar de hacernos reparar en algunas novedades me hace perderme y seguramente debe haber muchísimo material precioso por ahí. Lo que preguntás, me cala hondo porque hablamos de composición y contenido y yo siento que estamos en una época en donde el contenido ha perdido valor respecto de la forma. Hoy en día se pone mucho esfuerzo y se pone énfasis en las producciones, la calidad, como suena como se filma, la velocidad en la que esto se sube y se comparte; estamos en la era del single y yo no soy mucho de esto. Aclaro que es un tema mío, esto sucede naturalmente y no hay que juzgar. En esta era del single a mí me huele a que el contenido fue perdiendo un poco el valor, y esto es lo que te decía en la respuesta anterior, veo muchas canciones que hablan de lo que cada uno siente de algo muy autorreferencial y por ahí esa poesía que de alguna vez sentó las bases de la música de nuestra raíz pura, (no se estoy pensando en Hamlet Lima Quintana, Castilla, Jaime Dávalos, Yupanqui mismo…), estoy seguro que eso está en algún lado y de alguna manera se desarrolla y en resultados hermosos seguro va a desembocar.
Pero a veces me pierdo y siento que no sé dónde está esa semilla. Lo siento más en algunos compositores de mi generación, por eso te digo que me hace sentir viejo porque cuando uno advierte que la gente de su edad o los más grandes son los que hacen las cosas que a uno le gusta, y no logra ver abajo es seguramente porque estoy medio pasado de moda o me estoy perdiendo muchas cosas.
Si, encuentro en Andrés Muratore por ejemplo, que hay un vuelo en esto que es la canción de raíz folklórica. Me gusta mucho lo que hace él. Me gusta mucho también otra gente, pero ya te digo que me siento en un problema personal de no saber o no poder acercarme a todas las música e indagar en posibles contenidos que están buenísimos y se están generando pero que me cuesta acercarme un poco más que a lo que estoy acostumbrado
Con la llegada de este nuevo gobierno, muchos artistas pensaron que quejarse, o bajar los brazos era la opción. Muchos otros (en vos está el ejemplo), apostaron a la producción independiente continua. Otros esperan apoyo de un gobierno que no va a darlo a la cultura independiente, al menos es lo que demuestra hasta ahora. ¿Qué opciones viste a la hora de decir: bueno, hay que volver a empezar, o seguir por aquí…?
JL: –Respecto a este gobierno, bueno, este gobierno es una mierda, con la cultura tiene el plan de romperla, de quebrarla y lo dice: “estoy dispuesto a dar una batalla cultural” y ya sabemos que esa batalla tiene que ver con poner a la lógica del mercado y el liberalismo de ultraderecha como única opción de vida y estética también. Yo sabiendo eso creo que en general los momentos más oscuros de la historia han sido un hermoso caldo de cultivo para expresiones artísticas. Yo no puedo soportar el pesimismo y la desgana. –o lo puedo soportar durante un tiempo, me ha tocado de estar mal y de no poder moverme demasiado-, pero creo que hay que aprovechar ese envión que la misma realidad te da sabiendo que no hay mal que dure cien años, que esto va a pasar y en algún momento la cosa va a cambiar. Por eso tenemos que estar en el arte resistiendo- es la expresión artística para resistir estos embates que nos da la vida actual, y en ese sentido hacer canciones, juntarse tocar la guitarra, grabar -no solamente el resultado artístico sino el proceso de juntarse con gente-.
En el caso de La Otra Orquesta siempre lo hablamos. El hecho de juntarnos todas las semanas, hablar del repertorio, escuchar música, compartirnos cosas, hacer algún viaje juntos, proyectar cosas juntos, esta cuestión de hacerlo en colectivo y en forma plural ya es una resistencia a la lógica que nos quieren imponer, y creo que hay que aprovechar esta instancia para incentivarse y ubicarse en un lugar de resistencia y de lucha como pasó siempre en los miles de años que nos preceden en cuestiones artísticas.
¿Qué proyectos hay para este año?
JL: -Yo personalmente estoy priorizando La Otra Orquesta. Estoy saliendo a tocar con mis canciones en formato trio, con gente a las que les gustan mis canciones, como Susi Freiz (vientos), Gaby Torres (violín) y Nichu Durán (percusión) son músicas que me están acompañando en los últimos conciertos, y además de tocar muy bien les gusta mucho lo que hago y eso a mí me estimula mucho. Con La Otra Orquesta vamos a armar en Córdoba tres conciertos grandes. El primero en Ciudad de las Artes, va a ser un súper concierto con el Coro de la Facultad de Artes como invitados el 22 de junio, será todo el repertorio escrito por nosotros en un formato bien grande y donde va estar más asentada la música respecto a los que pudimos mostrar el año pasado. Ya está sonando una bomba y nos queda tiempo para seguir produciendo.
El 7 de noviembre en el Teatro Real nuevamente con alguna figura destacada de la escena del folklore nacional pero si, va a ser un súper concierto en el lugar donde debutamos y consideramos nuestra casa
Y en la primera semana de diciembre hacemos un concierto de cierre en nuestro espacio CEPIA de la UNC. Estos son tres conciertos grandes que son la estructura del año, sobre los que iremos haciendo otras presentaciones. También queremos que La Otra Orquesta se mueva y genere interés, contrataciones, en instituciones, en programadores de festivales, en gente que anda buscando música en este formato grande. Es la presencia de una orquesta pero en lugar de escuchar algo el repertorio habitual escuchás canciones y obras escritas aquí y ahora con una estética novedosa en lo que es la raíz popular argentina, eso nos estimula porque se piensa también en que el proyecto puede profesionalizarse y autosostenerse de acá a un tiempo